Excelente artículo
Publicado: Jue Dic 09, 2010 1:22 pm
Un espejo para la Gimnástica
Nuestro entrañable Pepe Sámano, Redactor Jefe de Deportes del periódico El País vuelve a colaborar con gradagimnastica a través del artículo que podéis leer a continuación. Desde luego, la participación de este magnífico periodista, primer espada de la prensa deportiva, da un lustre a esta web absolutamente extraordinario. Deleitaros leyendo este excelente artículo.
Muchas gracias, Pepe.
A poco más de una hora de Torrelavega no está el país de Lilliput, sino Eibar, el mejor espejo posible para un equipo como la Gimnástica, una institución con raíces centenarias pero que adolece de un modelo, un club de trayectoria tan bacheada como un paseo lunar y en el que han prevalecido las guerrillas barriales, los personalismos y las trifulcas institucionales.
Nada de un proyecto consolidado: se suceden los presidentes y los técnicos, jugadores de aquí y allá, engordan y adelgazan los presupuestos. Lo único que no parece haber cambiado es el enemigo que sirve de excusa a unos y otros desde el pleistoceno: el Racing, Santander, referentes que sólo acentúan los complejos de quien no es capaz de enorgullecerse de su inferioridad. Y desde esa atalaya la Gimnástica no ha logrado el despegue mientras en la ciudad se expanden fútiles debates sobre el porvenir del pasado, más que sobre el futuro de un club de una vez por todas debería fijar un argumentario que le ancle para siempre con la población que representa. En el fútbol nada es imposible desde la modestia, siempre, por supuesto, que exista un guión prestablecido y unas señas identitarias por encima de cuáles sean los dichosos resultados. Veamos el caso del Eibar.
Con una población de 27.000 habitantes (la mitad que Torrelavega), sólo 68 años de vida, apenas 3.000 abonados, un campo para 5.000 espectadores, un presupuesto de 1,6 millones de euros y el patrocinio de Hierros Servando Fernández (nada de una multinacional), el Eibar ha estado 23 temporadas en 2ªA, con un récord absoluto de 18 consecutivas en la categoría y sostiene nueve equipos inferiores. Todo ello sin despilfarro alguno, fiel a su ideario como equipo satélite del fútbol vizcaíno y guipuzcoano por detrás del Athletic y la Real, aceptando con orgullo su condición de secundario. Ni siquiera se apartó un centímetro del guión cuando recientemente perdió la categoría, la que recuperó con las mismas señas un curso después. Por las filas del club eibarrés han pasado desde Gárate, Agustín Guisasola o Diego (Diego, Alonso, Zamora, ¿recuerdan a la Real bicampeona de Liga?), Xabi Alonso y David Silva, por citar a los más relevantes. Sobre estas cesiones ha gravitado un equipo salarialmente modesto, pero de puño cerrado, corazón de acero y sudor a destajo. No hay eibarrés que no presuma de equipo, en la cima y en la planicie. Es un club que ha sabido aceptar y amoldarse como ninguno a su realidad, que por pequeña que parezca no tiene por qué ser cruda. Quienes se apartaron del modelo y quisieron ser visionarios (Sporting, Mérida…) se despeñaron.
La Gimnástica, previo estudio del Eibar, tendría que marcar su rumbo, asumir con honestidad y sin complejos su condición de gregario de otros equipos de su entorno con más vuelo, ajustar un presupuesto que ponga a dieta la deuda, alistar jugadores comarcales que forjen su adn y sirvan de ejemplo a sucesivas generaciones de jóvenes que vean a la Gimnástica como una plataforma idílica para la actitvidad deportiva, profesional o amateur, lo que dicten los tiempos, para la formación de infantiles que no encuentran el desarrollo físico y mental adecuado con el desastroso sistema escolar español, donde la educación física sigue siendo la maría de todas las marías. La Gimnástica tiene que calar entre sus gentes, ser la gran escuela deportiva del Besaya. Esa debiera ser su prioridad, no ciertos sueños de grandeza que sólo han servido durante más de cien años para alimentar las tertulias locales y profundizar en pueblerinas rencillas personalistas. Lo
demás llegará si tiene que llegar. Como le llegó al Eibar.
Nuestro entrañable Pepe Sámano, Redactor Jefe de Deportes del periódico El País vuelve a colaborar con gradagimnastica a través del artículo que podéis leer a continuación. Desde luego, la participación de este magnífico periodista, primer espada de la prensa deportiva, da un lustre a esta web absolutamente extraordinario. Deleitaros leyendo este excelente artículo.
Muchas gracias, Pepe.
A poco más de una hora de Torrelavega no está el país de Lilliput, sino Eibar, el mejor espejo posible para un equipo como la Gimnástica, una institución con raíces centenarias pero que adolece de un modelo, un club de trayectoria tan bacheada como un paseo lunar y en el que han prevalecido las guerrillas barriales, los personalismos y las trifulcas institucionales.
Nada de un proyecto consolidado: se suceden los presidentes y los técnicos, jugadores de aquí y allá, engordan y adelgazan los presupuestos. Lo único que no parece haber cambiado es el enemigo que sirve de excusa a unos y otros desde el pleistoceno: el Racing, Santander, referentes que sólo acentúan los complejos de quien no es capaz de enorgullecerse de su inferioridad. Y desde esa atalaya la Gimnástica no ha logrado el despegue mientras en la ciudad se expanden fútiles debates sobre el porvenir del pasado, más que sobre el futuro de un club de una vez por todas debería fijar un argumentario que le ancle para siempre con la población que representa. En el fútbol nada es imposible desde la modestia, siempre, por supuesto, que exista un guión prestablecido y unas señas identitarias por encima de cuáles sean los dichosos resultados. Veamos el caso del Eibar.
Con una población de 27.000 habitantes (la mitad que Torrelavega), sólo 68 años de vida, apenas 3.000 abonados, un campo para 5.000 espectadores, un presupuesto de 1,6 millones de euros y el patrocinio de Hierros Servando Fernández (nada de una multinacional), el Eibar ha estado 23 temporadas en 2ªA, con un récord absoluto de 18 consecutivas en la categoría y sostiene nueve equipos inferiores. Todo ello sin despilfarro alguno, fiel a su ideario como equipo satélite del fútbol vizcaíno y guipuzcoano por detrás del Athletic y la Real, aceptando con orgullo su condición de secundario. Ni siquiera se apartó un centímetro del guión cuando recientemente perdió la categoría, la que recuperó con las mismas señas un curso después. Por las filas del club eibarrés han pasado desde Gárate, Agustín Guisasola o Diego (Diego, Alonso, Zamora, ¿recuerdan a la Real bicampeona de Liga?), Xabi Alonso y David Silva, por citar a los más relevantes. Sobre estas cesiones ha gravitado un equipo salarialmente modesto, pero de puño cerrado, corazón de acero y sudor a destajo. No hay eibarrés que no presuma de equipo, en la cima y en la planicie. Es un club que ha sabido aceptar y amoldarse como ninguno a su realidad, que por pequeña que parezca no tiene por qué ser cruda. Quienes se apartaron del modelo y quisieron ser visionarios (Sporting, Mérida…) se despeñaron.
La Gimnástica, previo estudio del Eibar, tendría que marcar su rumbo, asumir con honestidad y sin complejos su condición de gregario de otros equipos de su entorno con más vuelo, ajustar un presupuesto que ponga a dieta la deuda, alistar jugadores comarcales que forjen su adn y sirvan de ejemplo a sucesivas generaciones de jóvenes que vean a la Gimnástica como una plataforma idílica para la actitvidad deportiva, profesional o amateur, lo que dicten los tiempos, para la formación de infantiles que no encuentran el desarrollo físico y mental adecuado con el desastroso sistema escolar español, donde la educación física sigue siendo la maría de todas las marías. La Gimnástica tiene que calar entre sus gentes, ser la gran escuela deportiva del Besaya. Esa debiera ser su prioridad, no ciertos sueños de grandeza que sólo han servido durante más de cien años para alimentar las tertulias locales y profundizar en pueblerinas rencillas personalistas. Lo
demás llegará si tiene que llegar. Como le llegó al Eibar.
que sabias palabras