Prensa Malagueña
Publicado: Mié Ene 09, 2013 9:16 pm
Con lo difícil que es que en Málaga le reconozcan mérito a un rival (se lleva mucho lo de menospreciar y mirarse el ombligo) una de las crónicas más destacadas dice algo tal que así:
Afortunadamente no es un día para los lamentos, pero poco faltó para que el Eibar entrara en la larga lista de leyendas negras del Málaga en la Copa del Rey. Del rival, confirmar que el equipo armero tiene mucho más fútbol que la categoría que ostenta. La Segunda B se le queda pequeña y todo hace indicar que será como el curso pasado el Mirandés y subirá lanzado a Segunda.
Con ese fútbol alegre y cargado de intensidad salió el equipo de Garitano. El conjunto de Pellegrini no salió dormido como en otras ocasiones, pero sí se vio sorprendido por la intensidad del Eibar en cada una de sus acciones. El tanto de Arroyo (11´) fue un accidente casi esperado, si es que los accidentes pueden ser premeditados.
A partir de entonces, el Málaga CF tomó el mando y el control de la situación, pero los vascos tenían la lección bien aprendida: líneas juntas y mucho despliegue físico en cada balón dividido.
Pudo igualar la contienda Saviola en un mano a mano que falló con todo a favor antes de irse al descanso, pero ni el argentino ni Irureta estaban por la labor de mandar tablas al descanso.
Buonanotte, mientras, seguía a lo suyo. El argentino era de largo el mejor de la primera mitad. Era el único que tenía las ideas claras. Pero sus acciones no habían llegado a buen puerto.
En la reanudación, el partido siguió con el mismo guión. El Málaga lo intentaba pero no encontraba resquicios en la meta visitante. Hasta que Buonanotte destapó el tarro de las esencias.
Hasta ese momento, el mazazo era de aúpa. Con una Rosaleda llena hasta la bandera sólo para ver a los malaguistas y con ocho internacionales sobre el césped, el Málaga de Champions no era capaz de superar a un Segunda B. Con la frialdad de los datos, el porrazo era de los que hacen época.
Afortunadamente no es un día para los lamentos, pero poco faltó para que el Eibar entrara en la larga lista de leyendas negras del Málaga en la Copa del Rey. Del rival, confirmar que el equipo armero tiene mucho más fútbol que la categoría que ostenta. La Segunda B se le queda pequeña y todo hace indicar que será como el curso pasado el Mirandés y subirá lanzado a Segunda.
Con ese fútbol alegre y cargado de intensidad salió el equipo de Garitano. El conjunto de Pellegrini no salió dormido como en otras ocasiones, pero sí se vio sorprendido por la intensidad del Eibar en cada una de sus acciones. El tanto de Arroyo (11´) fue un accidente casi esperado, si es que los accidentes pueden ser premeditados.
A partir de entonces, el Málaga CF tomó el mando y el control de la situación, pero los vascos tenían la lección bien aprendida: líneas juntas y mucho despliegue físico en cada balón dividido.
Pudo igualar la contienda Saviola en un mano a mano que falló con todo a favor antes de irse al descanso, pero ni el argentino ni Irureta estaban por la labor de mandar tablas al descanso.
Buonanotte, mientras, seguía a lo suyo. El argentino era de largo el mejor de la primera mitad. Era el único que tenía las ideas claras. Pero sus acciones no habían llegado a buen puerto.
En la reanudación, el partido siguió con el mismo guión. El Málaga lo intentaba pero no encontraba resquicios en la meta visitante. Hasta que Buonanotte destapó el tarro de las esencias.
Hasta ese momento, el mazazo era de aúpa. Con una Rosaleda llena hasta la bandera sólo para ver a los malaguistas y con ocho internacionales sobre el césped, el Málaga de Champions no era capaz de superar a un Segunda B. Con la frialdad de los datos, el porrazo era de los que hacen época.