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A sus 24 años se ha convertido en uno de los ídolos de Butarque, en uno de los iconos de un Leganés que arrancaba la temporada con la permanencia como objetivo pero que llegada la jornada 27 es líder tras un 2016 en el que siete victorias, un empate y una derrota tienen la culpa de haber colocado a los ‘pepineros’ de Asier Garitano en el punto de mira. «Ahora somos el equipo a batir».Pocos lo hubieran pensado.Como también pocos hubieran imaginado volver a ver a Rubén Peña en la delantera, marcando goles –el último de ellos ante el Alavés para abrir el marcador en un duelo muy directo– y alejado, curiosamente, de un lateral que, sin ser su posición, le ha llevado a escalar categorías en el fútbol español «sin olvidar» nunca de donde viene.
Y es en ello donde radica buena parte del éxito de un futbolista que ahora sabe lo que es salir de Butarque ovacionado mientras el público corea tu nombre. «No lo voy a negar, es muy bonito y se te pone los pelos de punta, pero eso nunca debe hacerte olvidar quién eres, porque el fútbol no tiene memoria. Un par de partidos malos y te comen». Por ello Rubén Peña quiere tener memoria, saber de dónde viene, que nadie le ha regalado nada, que el fútbol tiene otras caras más allá de los halagos y las ovaciones, y que tras su gran momento hay mucho trabajo. Porque «sin trabajo no hay nada». Y lo ha demostrado muchas veces.
Tras despuntar en juveniles en la Zona Norte, su primera ‘gran’ oportunidad quizás le llegó demasiado pronto. Su experiencia en Vallecas no fue ni lo esperado ni lo deseado. Sin embargo no estaba dispuesto a rendirse. José Manuel Manzano y Pepe García supieron recuperar a un jugador en unReal Ávila donde una temporada de ensueño (2011-2012) le puso en la rampa de salida. En el Real Valladolid B (2012-2013) llegó incluso a debutar en Primera División –ante el Valencia– y en Copa del Rey –Betis–. Y fue un momento clave. «Algunos me preguntaban que cómo habiendo debutado en Primera me iba a Segunda B con el Guijuelo». Desde hacía tiempo Rubén Peña había entendido que las etapas había que quemarlas poco a poco. «La gente que me ha rodeado me ha ayudado a elegir».Y lo hizo bien. «Para mí el objetivo era seguir creciendo, sentirme importante en un proyecto». Y ese fue el Guijuelo (2013-2014). Su posición ya no estaba en la delantera, sino un lateral que precisamente fue lo que llamó la atención al Leganés, en el que recalaba en la 2014-2015 y donde en su primer año era capaz de firmar 2.136 minutos en 31 partidos oficiales, un gol ante el Barcelona B y cuatro asistencias. Su polivalencia –jugó tanto de interior por ambas bandas como de lateral derecho– le puso a prueba. «Mi objetivo siempre fue rendir el máximo en la posición que fuera». Pero no fue lo único que estuvo a prueba.También su confianza. «Hubo momentos duros. Porque durante unos tres meses –a raíz de una lesión– me quedé sin jugar. A veces ni entraba en la convocatoria.Son momentos en los que te planteas muchas cosas». Fue un momento en el que le llegó la renovación.Un espaldarazo. Su respuesta, el trabajo. «Decidí apretar los dientes, trabajar a diario, porque el trabajo no sólo te hace mejor a ti, sino a los demás, al grupo».
Ahora vive su mejor momento, «un momento único», valora un futbolista que «nunca» se había visto en una de estas situaciones. Pocos lo hubieran imaginado cuando, con cinco partidos de temporada disputados sumaba apenas veinte minutos de juego. «Me podía haber venido abajo, pero no lo hice».No hubiera sido propio de él, que ha hecho de la constancia y la confianza en sí mismo una de sus señas de identidad.
Confianza, trabajo y respaldo del entrenador cuando en el inicio de 2016 devolvía a Peña al extremo izquierdo ante las bajas del equipo. Y Peña respondía con un gol a las primeras de cambio ante la Llagostera. Desde entonces el extremo, la media punta e incluso la delantera han sido sus posiciones. «Cómo lo echaba de menos» ironiza un jugador que creció con el gol. «Jugar en el lateral era complicado pero por diferentes cuestiones, decisiones o porque vieron en mi condiciones lo cierto es que acabé de lateral». Donde le pusieron, cumplió, pero él lo que ha mamado «es jugar en ataque».Y se nota. Porque Butarque ha conocido ahora al Peña eléctrico que tan buen recuerdo dejó en el Adolfo Suárez.
Parafraseando a su entrenador, «es el momento de quitarse la máscara» y empezar a ser ambiciosos. «A veces la modestia también es mala», reconoce quien ha sabido hacer de la ‘ambición’ en el buen sentido de la palabra su camino. «Es el momento de pelear por el ascenso, de no conformarnos con el playoff, de disfrutarlo».

Zut escribió:Leo en el post y en algún otro sitio que no era titular en el leganes, es eso cierto?