Si Garitano, en vez de abrir la boca en la Jornada 41, cuando nos quedamos sin opciones matemáticas de ascenso directo, y tras una racha de 9 partidos sin ganar, lo llega a hacer estando líderes, no hubiera parecido una excusa.
Que no le quito razón con los arbitrajes, que llevamos toda la temporada con una disparidad de criterio respecto a nuestros rivales con faltas y tarjetas que hace pensar mal, pero no era el momento de hablar. Eso tocaba antes.
Igual que es mejor recalcar los errores de los jugadores tras una victoria y los aciertos tras una derrota, lo de los árbitros no era el momento.