Hubo quien estuvo en contra del vizcaíno incluso desde el momento de su llegada a los cuarteles armeros. Menos mal que su opinión no cuajó en la corte, Eibarlandia no habría nunca disfrutado de los mayores logros conseguidos por su ejército en toda su historia.
Consumada la derrota, los ciudadanos armeros miraban hacia el sur esperando alguna noticia desde las tierras del Centro, sabían que el emperador Tebitas tenía un gran poder y si lo usaba, podía hacer reversible la situación del ejército armero.
A los pocos días de la derrota final, en una calurosa mañana del mes de Junio , el retumbar de los cascos de un caballo alertó a los ciudadanos de la llegada de un mensajero desde Madrilandia. Con su aparición, una luz de esperanza iluminó el pueblo y Palacio armeros. Efectivamente, las noticias que traía no podían ser mejores, el Imperio del Centro había retirado su apoyo al ejército Ilicitano, impidiendo así que pudiera disputar la próxima campaña en la élite.
¡Los soldados armeros volverán a pelear contra los mejores ejércitos del mundo!.
Pero la crisis producida tras la derrota había hecho estragos.
Algunos soldados abandonaban los cuarteles. En palacio, brillaban los cuchillos a punto de ser utilizados. Tanta lucha interna palaciega produjo un gran desgaste, provocando que durante el próximo solsticio de verano, varios cortesanos dejen el abrigo de sus muros.
Ahora, los ciudadanos miran hacia la mansión de Ipurua, esperando una explicación. Lo de cargar toda la culpa sobre los hombros del mejor comandante de la historia de Eibarlandia no convence a nadie. Confían en que se haga autocrítica, para aprender de los errores cometidos y se prepare un ejército fuerte en todas sus líneas para acometer con garantías la dura campaña que comenzará en pleno verano.
No estaría de más retocar la corte, algunos cortesanos que aterrizaron en Palacio el pasado otoño, necesitan la ayuda de un guía para encontrar Ipurua, no han tenido nunca relación con el ejército armero ni sus guerras.
GORA EIBARLANDIA
