El equipo ha dado la cara, ha peleado, se ha vaciado, eso hay que agradecerlo como se merece

También reconocer que como consecuencia del gran esfuerzo realizado por nuestro equipo, el contrario ha estado missing durante la mayoría del encuentro.
Había tristeza en los jugadores al acabar el partido, pero como ha dicho Altuna, hemos perdido una batalla, no la guerra.
Es satisfactorio leer vuestros comentarios y comprobar que la mayoría estáis en esa línea. Esto no se ha acabado todavía.
La afición del Eibar tiene muchas cicatrices en su cuerpo como para ponerse a llorar por un traspiés.
De nada vale mirar para atrás y lamentarse de aquella ocasión, de la otra, de lo que pudo haber sido y no fue.
La fortuna tiene efecto pendular a veces se aleja y otras se acerca.
Todos, jugadores y afición tenemos que volver al día 28 de Mayo a las 18:00 horas, recuperar la ilusión que teníamos en ese momento, la confianza, e ir a por el próximo partido.
El Real Unión demostró hace dos años que sacando campeón y perdiendo la primera eliminatoria se puede ascender.
A esperar el sorteo del próximo lunes.
GORA EIBAR